“Let’s make it happen” nos dijo Shawn Colo (co-founder y head of M&A de Demand Media) cuando hablamos con él. Cortamos y nos miramos con mi socio, Damián Voltes, sin saber muy bien cuál sería el siguiente paso.
Casi dos años y medio antes estaba sentado en un restaurant almorzando con Damián, conociéndonos, charlando sobre sus ideas y las mías. Yo trabajaba en PRAMER como VP Interactive Media & Internet Business y mi sensación de ciclo cumplido me empujaba hacia otro lado. Casi quince años de vida corporativa habían minado mi confianza en el trabajo en grupo, en pensar con sinceridad en que cada uno podía ser parte de algo más grande y hacer que eso funcionara. Era hora de cambiar. Pero yo ya no era un niño: una esposa y tres hijas hacen que cualquier decisión sea, por lo menos, complicada.
Yo siempre creí eso de que los que no hacen son los que más critican. Es muy fácil sentarse detrás de un escritorio y criticar a todos desde la ¿comodidad? de un puesto en una empresa. Y yo ya no podría engañarme más. Lo hice durante un tiempo pero ya no más.
Muchos almuerzos y meriendas después (y grandes discusiones), estaba listo para dar el gran cambio. Me asocié con Damián y creamos Emerging Cast.
De pronto ya no era el VP Interactive Media & Internet Business de una multinacional. Era Max. A secas. Y ahí confirmé lo que muchas veces le decía a aquellos que me quisieran escuchar: para el mundo corporativo uno es lo que el cartelito en tu puerta dice. Nada más. 100% utilitario. Muchos de los que me hablaban, ya no lo hacían. Aquellos que me llamaban y me invitaban a reuniones, no me atendían el teléfono.
Realmente estaba por las mías.
El día después de mi salida, ya como empresario (???) fue uno de los peores días de mi vida laboral. La sensación de vacío era total. La hoja en blanco de mi futuro estaba frente a mi, esperando por los primeros trazos. Me levantaba a la hora de siempre pero no tenía dónde ir. No teníamos oficina. No teníamos web. No teníamos empleados. Pero nos teníamos a nosotros y nuestras ideas. Teníamos la fuerza de empezar (para Damián era su regreso al ruedo) algo nuevo.
Y eso, amigos míos, era más que suficiente.
[continuará...]